Secreto de la belleza

Hoy voy a escribir acerca de el Número Áureo, del Número Divino, de la Divina Proporción, en definitiva de Phi Φ.
Pero no voy a dar la chapa matemática, voy a intentar darle un enfoque más sencillo, más de pueblo. A lo mejor no puedo otro.......jeje.
Bien, desde hace muchos cientos de años, si muchos, el hombre ha estudiado la perfección, la proporción, y como llegar a ella....

Se sabe de ciertas estelas Babilonias y Asirias del 2000 a.C. que tienen la proporción áurea en sus dimensiones, pero no está documentado que lo hicieran a propósito, con conocimiento de ello.
Los primeros estudios de los que se tiene noticia fueron de el griego Euclides (33-265 a.C.), e incluso de antes que él, de Platón (428-347 a.C.). Euclides hizo el primer estudio serio.
Voy a intentar explicar, con mi limitado conocimiento, cual es la base de sus conclusiones.
La cosas que más nos agradan a la vista, aquellas que nos parecen bellas, proporcionadas, diríamos que perfectas, todas ellas tienen una proporción entre sus medidas. Es algo que la naturaleza nos ha entregado, un regalo, la fórmula para hacerlo.

Empecemos, visualiza un segmento, una linea. Imagínate que está dividido en 8 (1). Ahora cogemos 3 de esos 8 "trozos". Ahora tenemos un segmento con una medida de 3 (2), y otro con una medida de 5 (3).La ley de proporción es que el segmento de 5 (3) tiene una misma relación numérica con el segmento inicial de 8 (1), que la relación numérica que hay entre el de 3 (2), con el de 5 (3). La proporción está en sumar un numero de esa serie con el siguiente, y así sucesivamente, o sea el siguiente segmento después de el de 8 seria el de 13 (5+8), luego el 21 (8+13), después de 34 (13+21). Así sucesivamente.
Ahora coge la calculadora y divide cualquiera de la serie entre el anterior, cogiendo el ejemplo inicial 5/3, y después 8/5. Sigue, 13/8, 21/13......Ese es el Número Divino, la Divina Proporción. Todo lo que se relacione así es proporcionado. 1,6 en las medidas más bajas, y afinando más en las siguientes hasta el infinito 1,618033988........
A la sucesión de números puestos de esa manera se la llama Sucesión de Fibonacci. Fibonacci (Leonardo de Pisa 1170-1250) usó la sucesión áurea en su libro Libro de los ábacos (Liber abacci, 1202, 1228), por eso se la llama así.

Bueno, ya explicado ligeramente el aspecto matemático del número, que espero haberme hecho entender, sigo con el enfoque que quería dar a esta entrada.
El número áureo, la proporción divina, podemos encontrarla en muchas cosas. Pero como he dicho antes, en las que nos parecen más bellas, más perfectas, más equilibradas.
Así nos podemos encontrar esta proporción en un cuerpo "normal", proporcionado, en los dedos entre sus falanjes y el dedo entero, o entre la nariz, la boca y la barbilla, o entre la cadera, la rodilla y el final de la pierna, un rostro nos parece bello cuando está repleto de proporción áurea. Si, el de George Clooney es así.....o eso dicen.





























Lo más interesante y por lo que quería dar un enfoque distinto a este artículo es cuando buscamos la divina proporción en la naturaleza, en algo que el hombre no haya creado, en algo que....se hace solo. Se encuentra en multitud de cosas, en la relación entre la cantidad de abejas macho y abejas hembra en un panal, en el número y disposición de pétalos de las flores (en botánica a esto se le llama Ley de Ludwig), en la disposición de las hojas de un tallo ( puestas de forma que ninguna tapa la posibilidad de sol a la anterior), o por ejemplo la distancia de las espirales de las piñas.
Esta, a mi entender es la prueba de un lenguaje con la naturaleza, una muestra de naturaleza viva a nuestro alrededor, una naturaleza que nos habla.El hombre, a lo largo de los tiempos, ha usado esta proporción, queriendo o sin querer, para sus creaciones, para sus construcciones.















Lo podemos ver en las columnas del Partenón de Atenas, en cuadros de Dalí, en obras de Miguel Ángel, o en La Mona Lisa del mismo Leonardo Da Vinci, incluso en las partituras de la Quinta Sinfonía de Beethoven y en las medidas de la catedral Notre Dame de París. Curiosamente en todo lo bello.
No me alargo más, matemáticamente veréis en los enlaces, que se puede poner el asunto muy complicado y extenso, y en cuanto a ejemplos más de lo mismo, multitud de ellos. Lo mejor es probarlo, con una foto de alguien, o de alguna cosa. Es la naturaleza que nos lo dice, eso es bello por definición....y por medidas.

Referencias:
El Palacio de los Sueños Perdidos
Falsa Libertad
Monografias




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