Aquí dejo el enlace a la página oficial de Juan Antonio Cebrián, donde su mujer Silvia Casasola escribe unas palabras en el tercer aniversario de su fallecimiento. Hecho que nos dolió profundamente a los rosaventeros.
A lo largo de una vida todos conocemos personas especiales, personas que en su gran mayoría pasan de largo sin pena ni gloria. Llamarles estrellas fugaces es halagarlos demasiado para quienes no llegan ni a bombilla.
Sin embargo hay otras que desearíamos que estuvieran siempre, pero en el momento menos esperado se van.
Este es el caso de Juanan, una verdadera estrella fugaz, que a los que le oímos y por ello conocimos, nos dejó marcados. El amor por la historia, la calma de las opiniones meditadas, su talla moral y un ejemplo de perseverancia y valentía en la vida sembró una semilla en nuestros cerebros que nunca morirá, esa no.
Ojala pudiera llegarle mi agradecimiento personal por esas noches en su compañía, en la compañía de su voz contándome cosas como solo sabia hacer él. En las temporadas que coincidió con el turno nocturno en el trabajo, el trabajo era otra cosa. Se que hay gente a mi alrededor que coincidirán en mi visión de Cebri, gente que, como en mi caso, seguirán extendiendo a otras personas todo lo que el hizo.
Gracias MAESTRO.
Fuerza y honor.
